
El regreso del vinilo sigue en ascenso y ahora lidera una nueva ola de experiencias musicales inmersivas
Lo que parecía una moda nostálgica ha resultado ser una revolución silenciosa y sostenida: el vinilo no solo ha regresado, sino que se ha consolidado como formato de lujo e inmersión artística, especialmente entre jóvenes adultos y coleccionistas.
Según cifras recientes de la RIAA, las ventas de vinilos han superado por tercer año consecutivo a las de CD, y en algunos nichos incluso se acercan al volumen económico del streaming en suscripciones. Este fenómeno ha incentivado a artistas como Billie Eilish, The Weeknd y Rosalía a lanzar ediciones especiales con portadas interactivas, olores, inserts coleccionables e incluso códigos para experiencias de realidad aumentada.
El vinilo no compite contra el streaming en velocidad, sino en experiencia: se ha convertido en un ritual. Escuchar un álbum completo, girar el disco, leer las letras impresas o apreciar el arte en gran formato ofrece una conexión más profunda con la obra.
El nuevo consumidor musical valora la personalización, el arte físico y el vínculo emocional. Y en esa búsqueda, el vinilo ha dejado de ser retro: es una forma de presencia cultural que el mundo digital aún no puede replicar.